Las canciones que se construyen sobre una programación de batería siempre tienen magia. Las posibilidades de hacer variaciones sobre una base consistente y que no cambia son infinitas y siempre placenteras para tocar y para escuchar.
Glen Hansard toca una progresión de acordes en guitarra acústica y murmulla la letra jugando con una melodía que luego se transforma en otra, regresa y se vuelve a ir a otros niveles.
El bajo punteado y arpegiado con quintas aporta la base grave que un tema así necesita, acentúa el bombo en el compás 1 pero también aporta textura y dimensión.
El piano juega con acordes, melodías, adornos y tripletes. La pianista también hace coros.
Esta canción es una gran pieza musical de este año, es puro ritmo, textura, atmósferas, intensidades e ideas en la letra.
La descubrí hace un par de días y ya está sin duda dentro del TOP 10 de canciones favoritas del 2019. Vale la pena escuchar el disco completo.
La descubrí hace un par de días y ya está sin duda dentro del TOP 10 de canciones favoritas del 2019. Vale la pena escuchar el disco completo.
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