El personaje tiene que tener rostro, voz y generar ese aire de credibilidad que se consigue haciendo como que se sabe de lo que se habla, algo relativamente sencillo hoy, sobre todo en el universo de las redes sociales.
No hay espacio para la especulación... la intención es clara. El personaje tiene la misión de propagar el mensaje que al nuevo grupo en el poder le interesa.
Hay que crear un enemigo: El viejo régimen y su neo liberalismo.
Hay que ponerle rostro al enemigo: Los ex presidentes.
Hay que crear pánico: El des abasto de combustibles... culpando al enemigo.
Hay que crear esperanza: El nuevo gobierno, puro, digno y con respaldo popular incuestionable, con las soluciones mágicas de campaña que en la realidad no tienen pies ni cabeza... como se está demostrando.
La campaña de AMLO fue un circo de los grandes, de los de tres pistas... ahora las 3 pistas son el país.
El nuevo gobierno federal esta repitiendo formulas de gobiernos anteriores y de gobiernos de otros países... todas han fracasado en la práctica, pero nadie aprende por las experiencias de los otros, hay que equivocarse para aprender, como si México tuviera tiempo para experimentar.
El personaje se va a consumir en su propia palabrería y la falta de resultados del gobierno como soporte a sus posturas e inventos. Sus columnas en diferente espacios, sus apariciones en TV y programas de Internet pasaran desapercibidas y al final ni quien se acuerde.
Espero que los personajes sepan que son carne de cañón y peones de un sistema que a todas luces buscar perpetuarse en el poder. Quien no lo ve es porque esta volteando para otro lado... intencionalmente.
Continuara...
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