Más ganas que reflexiones.

 La oportunidad sigue estando en hacer lo que nadie hace.

 

Ser impulsivo es bonito y entretenido, sobre todo en un mundo donde se vive de prisa y ya no nos detenemos ni a vernos el rostro. Podría ser diferente, pero no es lo que aprendimos viendo la TV en los últimos 15, 20, 30 y 40 años, donde definitivamente hubo alguien que sabía que esto iba a pasar, solo quizá no en estas proporciones.

Exhibimos lo que según nosotros somos con entusiasmo y sabemos perfectamente que no engañamos a nadie, pero lo seguimos intentando y eso podría ser lo rescatable si no fuera porque en realidad a nadie le importa.

Hoy el compromiso es tan frágil como la autoestima de alguien que nació entre 1980 y la ultima vez que te pregunte simulando que me interesaba. La deshumanización de la vida es ya motivo de estudio y todos sabemos que esa es la mentira preferida de quienes pretendemos saber de lo que hablamos y escribimos... justo como yo lo hago ahora.

La paciencia, tolerancia y solidaridad son súper poderes que quienes los tenemos menospreciamos y quienes no lo tienen más fácil... simplemente vivir a lo pendejo.

Al final todos vamos a donde mismo y hoy maldigo a los responsables del control de la pandemia en México que hábilmente evaden su responsabilidad en la realidad de todas esas familias rotas por la muerte de uno de sus integrantes al que ni siquiera pudieron despedir.

Temazo de Ozzy que me había perdido todo este tiempo...