domingo, 9 de agosto de 2020

Aquella Epiphone LP-100

 

 Hace años tuve una guitarra Epiphone LP-100 en terminado sunburst. La vendí para comprar una mejor guitarra, sabía que si me la quedaba nunca la iba a volver a usar y cuando se presentó la oportunidad la vendí sin la menor reserva. 

 Era una guitarra sencilla pero cumplidora, se tocaba agusto, se mantenía afinada y cuando menos hasta el trastes 12-14 no mentía con las notas. Tenía un buen peso, y sus componentes electrónicos y herrajes eran da buena calidad acorde a su precio.

 En el caso particular de esa guitarra nunca me encariñe con ella, ni sentí un vinculo especial aun cuando la utilice para grabar en dos discos de Ultrasónico. Seguramente fue un efecto de las ganas que tenía de comprar una guitarra Epiphone Les Paul Standar en el mismo terminado sunburst, pero ya con mejores pastillas, llaves y puente, mejores acabados y los trapezoides característicos en el brazo de las guitarras Les Paul

 Unos cuanto meses después de venderla me entere que al nuevo dueño se le había caído porque el estuche donde la transportaba se desfondo por la lluvia que lo sorprendió en la calle y que al caer al suelo se daño bastante. Ahí si sentí feo por haberla dejado ir...

 Tengo mi primera guitarra, una Yamaha RGX 211 que he estado tocando durante la pandemia, tengo mi primer amplificador y mi primer pedal de distorsión que ya no uso porque se daño el switch y no se consigue la refacción y seguramente en algún lado debo tener guardada mi primera púa.

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