viernes, 6 de noviembre de 2020

Otras Ondas: Los semaforos y la realidad política.

En mi ciudad Culiacán sucede un fenómeno curioso con los semáforos... actualmente muchos culichis tienen problemas respetándolos y lo manifiestan de diferentes formas.

Algunos tiene el cuidado de frenar y voltear a ambos lados y sin más, se pasan en rojo. Por los cambios en la dinámica de la ciudad muchos semáforos hoy no son necesarios pero la autoridad no ha hecho un estudio serio del tráfico que le permita hacer lo cambios pertinentes. Los semáforos son caros, y los que ya no son de utilidad en un crucero que ya no tiene tráfico podría funcionar perfecto en otro crucero problemático que no tiene semáforo.

Algunos otros culichis hacen "el paso de la muerte"... simplemente se pasan confiando en que si otro conductor circula por la calle perpendicular del crucero y tenga luz verde sea el quien tenga la responsabilidad de frenar para evitar el impacto.

La gran mayoría se detiene ante la luz roja pero lo hace siempre invadiendo el paso peatonal que casi nunca está debidamente pintado y en muchos casos invadiendo el carril  del crucero.

Este comportamiento del ciudadano lo veo TOTALMENTE relacionado con la realidad política del país donde la polarización, las mentiras o "fake news" y el nulo respeto por la ley y las instituciones del estado es cosa de todos los días. Y lo hacen sin ninguna reserva y están convencidos que están en su derecho.

La crisis de valores y civilidad no es ninguna novedad, se veía venir desde hace mucho pero llegó a su clímax mucho antes de lo esperado y nos agarró desprevenidos a todos. No podemos olvidar que la gente en el gobierno, en los puestos de decisión también son parte de la sociedad y han sufrido la deformación.

La gente se pasa el semáforo en rojo porque no respeta la reglas, porque considera que las reglas no le aplican a ellos, en una ciudad como Culiacán donde se convive todos los días con el crimen organizado de todas las jerarquías no es raro ver que cualquier culichi se pase el semáforo en rojo enfrente y en la narices de un policía de tránsito que al ver la situación optan por voltear para otro lado... muchos culichis y mexicanos no respetan la reglas, tampoco las leyes y tampoco a la autoridad... aquí no cabe eso de que "la autoridad es corrupta y por eso no la respetamos"... no, ese argumento no cabe, a una autoridad corrupta se le combate con la ley en la mano, no "por mis huevos", lastima que en este país nos de tanta flojera seguir los cauces institucionales que ciertamente son muy lentos.

En Culiacán cualquier pendejo te saca una pistola y aunque es sabido que el que saca un arma y la muestra para amenazar es porque no se anima a usarla, tampoco se puede asumir que siempre será así por lo que lo más inteligente es mantenerse alejados del problema. Esto no aplica para los problemas actuales del país y del mundo... hoy más que nunca hay que ejercer la ciudadanía y exigir a la autoridad que haga lo que le toca y no al revés. Los gobernantes que han explotado la división no deberían ejercer el poder, y ya no hay tiempo que perder... nunca lo ha habido.

Tampoco necesitamos ciudadanos que obedezcan ciegamente lo que les manda ningún político... pero ese es otro tema del que se va a encargar LA REALIDAD, cuando las decisiones y medidas de los gobiernos que votaron y en los que confían les afecten directamente, porque va a pasar, es cuestión de tiempo.

López Obrador es como cualquier culichi ante un semáforo... lo va a respetar dependiendo del humor en que anda, algunas veces señalara al semáforo porque "limita su libertad de tránsito" y otras veces aplaudirá al semáforo por "limitar la libertad de tránsito" de otros conductores. El semáforo es la ley y las instituciones, siempre es el mismo y siempre funciona igual... saquen sus conclusiones.

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