"Tener la razón"

Soy un convencido de que nadie tiene el derecho de juzgar a otros... pero da igual, de todas formas lo hacemos.

El pasado 1 de julio de 2018 "tener razón" se convirtió en el "yo la tengo más grande" en la discusión política que tanto nos gusta pero de la que sabemos tan poco.

Las encuestas que daban como ganador a AMLO por casi 30 puntos estaban en lo correcto, no así las que ponían a Ricardo Anaya a 10 puntos o a Meade en un segundo lugar que ni en los más felices sueños del mismo candidato ocupó.

El descrédito del PRI por fin le cobró factura. La estrategia de designar a un candidato ciudadano con credenciales suficientes para el puesto no funcionó esta vez. Meade tiene "el expertise" pero lo que no tuvo fue el apoyo total del partido. Hay pruebas de que el voto duro del revolucionario institucional se ablando y se cargó a morena... y no solo en la elección presidencial.

Mientras los seguidores más fanáticos de AMLO restregaban su aplastante victoria a quienes no votamos por el tabasqueño, algunas de la corrientes más obscuras del PRI también celebraban.

Yo no le creo a AMLO y tengo mis razones, no me voy a sumar a "los buenos deseos de que le vaya bien por el País" porque es su responsabilidad hacer un buen trabajo y cumplir con sus promesas, el buscó la posición que ahora tiene y en estos días están y estarán saliendo a la luz todos esos pactos que hizo en lo obscurito para sumar el apoyo de gentes y estructuras aun más obscuras que los más tenebrosos de sus más allegados. 

Para mi no será ninguna sorpresa ver como las promesas de campaña empezaran a "minimizarse" y los puestos de gabinete ya ofrecidos a ciertos personajes de renombre serán reemplazados por otros nombres de "viejos conocidos", y lo anticipo... no nos van a gustar.

Como en todo, ya conocemos las promesas, lo planes y los buenos propósitos del nuevo presidente... pero si no funcionan en la realidad, solo quedarán en eso: "Promesas, planes y buenos propósitos".

Ahora si vamos a ver "maromas de alto nivel de dificultad" para justificar cada acción del nuevo gobierno que ira en sentido contrario al de sus promesas. 

Se va a saber.