sábado, 12 de julio de 2014

Editorial: El extraño poder de las redes sociales...

La indignación, el coraje, la impotencia y el resentimiento son los poderosos motores que nos hace hacer cosas por impulso y sin pensarlo dos veces. Las situaciones adversas y a veces quizá injustas son la prueba de fuego para que cualquier persona sepa con certeza si es prepotente o no... 

Reaccionar no es malo, reaccionar sin pensar es un problema.

Son tiempos de teléfonos celulares y teléfonos con cámara, cualquier puede capturar una imagen o un vídeo -con audio- de una situación problematica para después compartirlas en redes sociales donde invariablemente solo contaremos nuestra versión de la historia.

Si bien hay hechos que resultan absolutamente claros con solo ver una foto o un vídeo... hay otros que dependen en buena medida del relato del ofendido y ahí caemos en un acto de injusticia similar al que estamos denunciando.

Ninguno de nosotros somos autoridad, en teoría no debe riamos tomar fotos o vídeos de las hazañas de otras personas... pero lo hacemos. 

Otro fenómeno interesante es la "indignación compartida"... y se presente en las personas que ven el post con la situación problema e inmediatamente lo comparten, muchas veces sin tener la decencia de primero analizar la situación... en el 98% de las situaciones, bajo el análisis más simple cualquier con tres dedos de frente sabría que "no es para tanto".

Cuidado, una vez cruzada esa delgada línea no hay vuelta atrás... un policía de redes sociales más ha nacido.

Vean que fácil es abarcar a todos y a nadie, vean que fácil e irresponsable es generalizar!

"Conspiracionologos, jusiticieros sociales, vigilantes del actuar de la autoridad, defensores de animales, amantes de las bicicletas -enemigos de los carros... el mundo gira alrededor del sol, no de ustedes".

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