viernes, 25 de enero de 2019

Hacerse pendejo... el musical.


En México somos buenos para muchas cosas, excelentes para otras tantas y expertos en absolutamente todo.

Es como magia, como brujería, como un hechizo del que nada ni nadie en el mundo puede salvarse... ser mexicanos es -tal cual- un súper poder.

La situación de Venezuela es tan compleja o simple como se quiera ver, y como se quiera investigar, la información ahí está... pero en cualquier caso no nos cuesta nada de trabajo hacernos pendejos como ya lo demostró el gobierno federal.

Los 30 millones que decidieron votar por AMLOL para todos los puestos en todos los estados y municipios no tienen ningún reparo por apoyar incondicionalmente todo lo que el actual gobierno decida, si no les importó confiarle responsabilidades de gobierno a personas sin preparación menos les va a importar ser congruentes con sus ideas que casualmente siempre coinciden o se transforman en segundos para coincidir con las ideas del gobierno en turno, lo de Venezuela es lo de menos.

Hacerse pendejo es un arte, en la disciplina del gobierno, a hacerse pendejo se le conoce como simulación. Es un deleite escuchar al presidente y a los funcionarios federales hacer declaraciones dando a entender que están haciendo algo cuando la realidad es que no están haciendo nada... porque no saben, porque no les conviene, para no trastocar los intereses que en campaña prometieron eliminar, porque todo mundo sabe que la ineptitud es la poderosa arma para romper con la inercia de la corrupción del gobierno... que maravilla!

En 56 días las cuarta transformación ha demostrado que la simulación no solo será el estilo de este gobierno... también las mentiras, ojalá le pongan musiquita y risas grabadas a su "gestión".

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