sábado, 25 de agosto de 2012

En el negocio de la música lo que importa es lo que no deberia importar...

Fui uno de los tantos creyentes de que con la llegada del Internet como herramienta de difusión la música realmente libre llegaría al lugar que siempre ha merecido, de forma directa de quien la compone y graba a quien le interesa, recibe, escucha.y disfruta.

No hay que ser un genio para advertir que no ha sido así...

Lo primero que tenemos que reconocer es que en las 3 o 4 décadas en que los destinos de la música los marcaba la -siempre controversial- industria musical nos dejaron la vara muy alta, y con costumbres muy difíciles de romper... tan difíciles de romper que las nuevas generaciones que según  "no conocieron al voraz mounstro" -la industria- siguen consumiendo la música de la forma en que ellos lo determinaron.

"Yo industria descubro o fabrico a un artista o grupo, lo grabo, quizá me valgo de algunos secretos de producción en el estudio para que la propuesta sea mejor, diseño su imagen y concepto, les grabo un vídeo, diseño un aparato de promoción donde nadie pueda dejar de escuchar y que todos conozcan esta nueva propuesta y la consuman".

Quizá sea yo pero hoy no es diferente... no muchos descubren música valiosa sin que un programador de radio, un canal de vídeos, un portal de noticias sea quien la muestre y la catalogue como "buena música que vale la pena escuchar".

No, no es agradable que en el periodo de promoción de una canción las estaciones de radio la programen 2 o 3 veces por hora. La canción gusta por repetición no por lo que debería de gustar...

Independientemente de todo... la publicidad esta en todas partes y no creo que se vaya a ir a ningún lado... lo que realmente me preocupa es que necesitemos que alguien nos diga que música es buena para interesarnos en escuchar y darle un valor, y esto ya nada tiene que ver con que compres o bajes el disco de Internet... que tampoco se va a ningún lado por cierto.




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