martes, 5 de marzo de 2019

Sigamos haciendo como que creemos... a lo pendejo.

Es necesario, urgente y extrañamente adecuado reconocer que la alta aprobación que tiene el actual gobierno no obedece a los hechos ni a sus acciones sino a esa absurdo aferre a tener la razón.

En un hecho sin precedentes y si damos las encuestas por buenas, resulta ser que hasta quienes no votaron por AMLO hoy aprueban su gestión durante casi 100 días de gobierno.


El simple hecho que las acciones más celebradas del actual mandatario sea la venta del avión presidencial define perfecto el nivel... y aunque se vale ofenderse lo que obliga es a preocuparse.

Independientemente de que no va a poder el avión y tenerlo estacionado en Estados Unidos cuesta más que tenerlo en operación... la medida sin más, darle atole con el dedo a la gente.

No son pocas las personas que creen que un aeropuerto solo atiende al turismo y celebraron su cancelación por envidia y coraje. No es su culpa no saber que un aeropuerto es un centro logístico que mueve no solo a vacacionistas, sino también a gente que viaja por trabajo y recibe también vuelos de carga. 

Todas las acciones del nuevo gobierno son ocurrencias que no han funcionado ni a medias, eso si, las cacareadas de huevo diarias ahí están... es cierto, AMLO ha reconocidos errores y rectificado, pero la critica hacía esos errores ha sido minimizados por la misma opinión pública.

A como se ve, como sociedad vamos recibir lo que el gobierno atiene a darnos... así sean buenos resultados o atole con el dedo, y de cualquier forma vamos a estar contentos.

“La visión gubernamental de la economía puede resumirse en unas cortas frases: si se mueve, póngasele un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se mueve más, otórguesele un subsidio”. - Ronald Reagan

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